Los países en desarrollo están defendiendo el "derecho a quemar" en la COP26, como su responsabilidad de continuar quemando combustibles fósiles para lograr un mayor desarrollo. Se deriva de la idea de responsabilidad común pero diferenciando entre las obligaciones de las naciones desarrolladas y en desarrollo, y se utiliza como justificación para el incumplimiento de objetivos ambientales, declaraciones de emisiones netas 0, etc.